martes, 4 de mayo de 2010

La tragedia griega es nuestro futuro

En Grecia se consuma el primer acto de lo que poco a poco toda Europa hará con sus ciudadanos. El jueves pasado la deuda griega pasó a tener que pagar los intereses a un 9% cuando el banco central europeo lo presta al 1% a los bancos. Para acceder a las ayudas el gobierno griego se compromete a recortar los sueldos de los funcionarios, detener las contrataciones públicas y congelar los salarios en el sector privado durante tres años. Además, las pensiones también disminuirán; las de más de 600 euros mensuales pasarán de 14 pagas a 12 pagas. También subirán los impuestos sobre alcohol, tabaco y gasolina un 10% y se incrementará en dos puntos el IVA, hasta el 23%. Será la segunda subida de este año. No se va a rescatar a Grecia sino a hundirla. A quien se va a rescatar es a los banqueros alemanes, acreedores de los griegos. La prueba es que Papandreu se ha resistido al rescate como gato panza arriba. Algunos titulares han sido; "Papandreu se rinde y acepta el rescate". ¿Haría eso alguien que se ahoga si llega un socorrista a rescatarlo? La desinformación de los medios de comunicación continúa de una forma escandalosa, pero esta vez se están poniendo poéticos; Los ciudadanos queríamos saber qué estaba pasando, y ellos pusieron a nuestro alcance su arsenal de metáforas. Algunas están ya muy vistas, pero como funcionan las siguen reproduciendo, presentan las sacudidas económicas como fenómenos de la naturaleza; tormentas, tsunamis y terremotos; también las de tipo médico, también muy gastadas pero siempre eficaces -el riesgo de “contagio” a otros países, la “enfermedad” griega, etc. Pero junto a éstas, hay otras, más atractivas incluso que las anteriores: las metáforas bélicas, las que presentan la economía una batalla donde los países sufren “ataques” y “ofensivas”, donde los mercados “embisten”, “acosan”, acaban dando una “tregua” y “se retiran hasta la próxima batalla”. Pero aquí se les ha escapado algo, utilizando los símiles médicos o de catástrofes naturales podríamos pensar que nadie tiene culpa. Pero si es un ataque, será que hay atacantes, y por tanto hay responsables. Nos atacan, sí, pero ¿quiénes? ¿Desde dónde? Porque hasta ahora sólo sabemos que nos atacan “los mercados”, “los inversores”, “los especuladores”. Es decir, entes abstractos a los que nadie pone nombre y apellidos. Los ciudadanos tenemos que saber los nombres de los personas y las empresas. No pueden ser personajes de ficción a sumar a los grandes villanos de la historia, caracterizados con rasgos animales: tiburones, buitres, pirañas. Si es cierto que nos atacan, estaría bien saber quiénes son. Para defendernos. El bienestar del primer Mundo es una anomalía con la que estos personajes van a acabar, los sacrificios se probarán en Grecia, y dependiendo de la protesta social se irán poco a poco aplicando a toda Europa aprovechando las siguientes convulsiones económicas, ecológicas o sociales. Esto es otro frente de batalla en la guerra que libran unas dos mil familias contra el resto de la humanidad. En Grecia está en juego algo más que el pago de una deuda: en Grecia está en juego el futuro de la humanidad. Los islandeses han dicho no, los griegos están en ello ¿y nosotros?