A mi no me da miedo discutir, si cada vez digo menos es porque me aburre y me aburren, lo cual creo que es todavía peor que tener miedo, porque el miedo es incómodo y puede que al final te haga reaccionar, revelarte... en cambio el aburrimiento te paraliza poco a poco, te cambia también y de peor forma a como lo hace el miedo, porque te empuja al cinismo y la apatía.
Necesito una vacaciones para redescubrir lo divertido que puede ser volver a las trincheras de la eterna guerra entre el bien y el mal, y volver a creer otra vez que se puede cambiar el mundo.... ¡espero no equivocarme de trinchera! porque @robergonpane "noserialomismo" 😉 www.noeslomismo.org
Este párrafo del artículo de @rancio es la clave, para los que no lo vais a leer.
"Antes, con más energía, sí discutía; pero ahora, cuando alguien dice que los moros que están aquí no se adaptan, que muchos refugiados son terroristas, que los gitanos si no te la dan a la entrada te la dan a la salida, que las feminazis no se depilan, o que los maricones son unos guarros promiscuos… casi nunca digo nada. Y la verdad es que me fastidia."
