Esto tan aparentemente contradictorio es en el fondo la base de la Europa Social, ese modelo de sociedad que da a la Unión Europea el valor añadido que la debe diferenciar de lo que es una simple área de libre comercio.
Es lo que funcionó en Europa durante "los 30 años gloriosos" que siguieron a la II Guerra Mundial, pero en un mundo muy distinto al actual en el que el modelo postcolonial y la guerra fría permitieron a Europa vivir aislada del resto del mundo, que por supuesto nunca pudo ni siquiera llegar a imaginar el estándar de vida y derechos alcanzado en Europa.
En el gran mercado global de 2017 todo es diferente y parece que el "socioliberalismo" (o el "liberalismo igualitario" si se prefiere) es todo un oxímoron como lo del "capitalismo popular" thatcheriano.
Parece una quimera pretender tener a la vez una cosa y la contraria, pero como siempre digo hay aprender a "aceptar con naturalidad las contradicciones": primero porque la vida sigue y no hay tiempo para compadecerse por la perversión ideológica a la que nos conducen estas contradicciones; y segundo porque generalmente no podemos evitarlas y a menudo ni siquiera podemos paliar sus efectos, aunque a veces creamos o queramos creer que sí se puede.
Es muy interesante el artículo y copio a continuación un párrafo para animaros a leerlo. ¿Qué significa realmente el liberalismo igualitario de Macron...?
(...) El liberalismo igualitario es, ante todo, una filosofía de igualdad de oportunidades. Su idea principal es que en una sociedad justa cualquier individuo debe tener la oportunidad de hacer realidad sus proyectos sin que las desigualdades heredadas de nacimiento o por accidente se lo impidan. Esta idea parece inspirar el primer eslogan de Macron: "Francia debe ser una oportunidad para todos" (...)
Salud, Amor y Suerte.
@robergonpane
