miércoles, 7 de septiembre de 2011

Reaccionar e Indignarse... pero de forma eficaz

Yo hace años que "reaccioné" y me impliqué en la búsqueda de un mundo mejor a mi manera, pero fue después de los atentados del 11 de Marzo de 2004 cuando me decidí a dar un paso más allá he implicarme activamente en política. Poquito a poco me fui metiendo cada vez en más y más cuestiones siempre con la sensación de lo principal era conseguir que una masa crítica de población "reaccionara" y se decidiera a invertir un poco de su tiempo en temas comprometidos con el cambio hacia una sociedad más justa, por la vía que fuera.


No vamos a descubrir ahora que en los últimos 30 años conforme el Neoliberalismo se ha ido extendiendo e imponiendo su doctrina por todo el mundo, también se ha desarrollado como nunca antes una amplia red de asociaciones no gubernamentales de todo tipo con millones de personas más o menos implicadas. Pero fue con la crisis de 2008 cuando comencé la fase más activa de mi compromiso político-social dentro de las escasas posibilidades que mis circunstancias personales me permiten. Cuanto más duras se ponían las cosas más fuerzas tenía y más convencido estaba de la necesidad de informar y sumar personas al "movimiento de cambio" que ya creía imprescindible para salvaguardar tanto mi bienestar futuro como el de mis hijos. Pero no fue hasta la semana del 15 de Mayo de 2011 cuando sentí que podría ser cierto que realmente se llegara a reunir "la masa crítica" necesaria para una "reacción en cadena mantenida" (siguiendo el símil nuclear) que pudiera dar suficiente energía al motor del cambio. 

Pero "reaccionar" lo entiendo como un estado de sentimiento de fondo y siempre lo vi más como una actitud a medio y largo plazo, nunca como posición para respaldar acciones a corto, que creo deben estar más ligadas a las posturas más particulares de cada colectivo o incluso de cada individuo (y cada uno porqué no, con sus banderas). No me importó unirme al 15M en la primera semana incluso aguantando insultos permanentes a mis compañeros de partido antes de las elecciones, pues entiendo que la "indignación" se manifiesta siempre principalmente hacia los que gobiernan. No compartía la lucha del movimiento contra la política, en la que participo desde hace unos años con un montón de buena gente, que para nada se merece ninguna descalificación, porque llevan much@s toda la vida luchando por las conquistas sociales, dando todo lo que pueden sin recibir nada a cambio. Además comprendía que era un error terrible promover la abstención o el voto nulo o blanco pues solo beneficiaría al PP (aunque no digo que fuera decisivo dado el escaso margen de tiempo, para su victoria el 22 de Mayo).

Considero muy valiosa la "inteligencia colectiva" que ha demostrado el movimiento así como su capacidad organizativa, su horizontalidad y por supuesto su carácter pacífico e inclusivo. Creo que son valores que pueden encuadrarse perfectamente siempre que se trabaje a "medio y largo plazo" pero cada vez veo más claro que con la "reacciones" a corto es imposible de mantener esta esencia. Quizá fue desde la rápida (y en muchos aspectos acertada) reacción contra "el pacto del Euro" cuando empezó esta carrera por oponerse rápidamente a todo movimiento del gobierno, la patronal, la banca, los mercados, etc. Creo que con este carácter "reactivo", se está forzando la máquina para ofrecer una respuesta rápida a la actualidad como si el movimiento estuviera obligado a pronunciarse sobre todo al igual que los medios de comunicación. Sin embargo, sobre todo después de este "espectacular" mes de Agosto, la actualidad ha demostrado exige recursos infinitos para ser puntualmente seguida.

Fue después de los desagradables episodios que se dieron durante la visita del Papa, cuando me empecé a sentirme incómodo en el 15M o más en concreto en el grupo de economía en el que participaba. Soy Cristiano, poco o nada practicante en liturgias, pero convencido; soy muy crítico con la cúpula eclesial (sobre todo con Rouco y compañía) pero respeto profundamente el sentir religioso de los demás y sus diferentes formas de querer manifestarlo. Que quede claro que en absoluto culpo al 15M o los organizadores de la manifestación laica, ni siquiera a la delegada del Gobierno de los percances ocurridos: los cuyos culpables son los radicales violentos ya sean pro-laicos o pro-católicos o policías. La cuestión de no querer confrontar abiertamente con la Iglesia me enfrenta también con muchos compañeros de partido, pero nunca me ha importado pues comprendo que la iglesia católica se lo ha ganado a pulso; pero me parece simplemente un error estratégico de libro. Por supuesto  por mi compromiso con el PSOE también me siento rechazado, aunque la verdad es que ya me he acostumbrado a la gracieta de "PPSOE" (1).

Yo entiendo que el que haya gente que se sienta rechazada en el 15M a much@s no les preocupe lo más mínimo y lo consideren normal, pero a mi me da mucha pena que se renuncie a esa utópica representatividad a gran escala que pretendía al principio, porque ese es el camino más rápido hacia el "gueto" del que se hablaba en este link "Laurence de Arabia y la No batalla de Sol" que hace unas semanas se compartió en el foro de economía de Acampada Sol. Según se expone magistralmente en este artículo, yo que nunca he estado en la parte más activa del movimiento, sí que me consideraba incluido en esa "minoría mayoritaria" que mantiene el hilo de unión con la "población amistosa" que en la sociedad ve al 15M con buenos ojos. Ahora ya no creo que pueda considerarme de esa "minoría mayoritaria" sobre todo desde lo de la reforma de la constitución; pero no creo que deje de ser parte de la "población amistosa" sin la que el 15M no iría a ninguna parte, pues terminaría escuchando demasiadas voces gritando que tampoco el 15M les representa. 

Con el 15M recobré la ilusión de que finalmente se podría llegar a tener una población suficientemente informada para no ser manipulada por los medios  y que fuera catalizadora de un cambio profundo de la sociedad. A todos los que llevábamos tiempo con estos "aburridos" temas de economía y política, nos asombró e ilusionó que de repente tanta gente mostrara tal avidez por conocer. En los "sábados de formación" de "economía para activistas" que regularmente se dan en ATTAC, asistíamos entre 20 y 40 personas y ya lo consideraba un éxito; en las asambleas de este verano se han batido todos los records. Cada vez que veo los carteles de los domingos de economía en el Retiro me parece increíble que haya tanta "gente rara" como yo que les guste "perder" su tiempo libre para asistir a aprender sobre temas tan poco relacionados con la vida ociosa de una sociedad consumista. Creo que al igual que en la guerra hay que saber manejar las armas, en esta batalla hay que tener unos mínimos conocimientos de economía para ser realmente consciente del enemigo que tenemos en frente.

Espero que el espíritu formativo y de concienciación de la sociedad a medio y largo plazo se consolide y no decaiga debido a la creciente necesidad de recursos de la parte "reactiva" del movimiento. La mejor baza para cambiar la sociedad es seguir "contagiando" la necesidad de cambio y que cada vez más personas tenga la mínima información económica, política y social, necesarias para comprender de verdad la necesidad de esa indignación y reacción profunda de la población. Para mi esto es mucho más importante que poder montar con éxito una manifestación masiva un día contra una cuestión concreta.

Hay muchas cosas por las que luchar antes de la reunión del G-20 de Noviembre que era la siguiente fecha importante de movilización (ITF y Paraísos Fiscales es por ejemplo "mi bandera" dentro del 15M, de www.itfya.org y de www.europeansforfinancialreform.org) siento que ahora se desvíe todo el esfuerzo en pedir un referendum que de producirse, con el apoyo de "PPSOE" se aprobaría de forma aplastante. Nadie iba a entender a tiempo las profundas razones que exponen los que dicen "NO" a la reforma; se necesitarían unos mínimos conocimientos de economía que llevaría demasiado tiempo adquirir y que aburrirían a la mayoría. Además habría que luchar con unos medios de comunicación que se esforzarían en resaltar las razones del "SI". No sería necesario acudir al miedo a la amenaza de los Mercados, estoy convencido que una gran mayoría de la población, en estos momentos, apoya que se ponga un límite al crecimiento de la deuda pública; de la misma forma que le pondrían límites al administrador de su comunidad de vecinos a la hora de gastar el presupuesto comunitario.


La deuda es la herramienta con la que nos esclavizan, desde cierto punto de vista extremista, casi habría que prohibirla para fastidiar el negocio. Pero lo que peor veo es que no solo sería una pérdida de recursos y tiempo; además una hipotética aplastante victoria del "SI" en un referendum, sería la puntilla para todos los movimientos sociales críticos con el sistema en todos los diversos aspectos que engloban, pues aprovecharían la derrota para desprestigiar ante el "gran público" todos los movimientos sociales que buscan el cambio. Con esta crisis no solo se quieren llevar por delante los servicios sociales, también los avances en legislación sobre protección medioambiental son el objetivo, pues ahora es el momento de señalarles como un obstáculo para el crecimiento económico como bien vimos ayer mismo en EEUU.  

Francamente me daría mucha pena que eso ocurriera y por eso deseo que no haya un referendum, tanto como deseo que esta "penultima" ofrenda a los Mercados sea suficiente para evitar mayores desastres económicos a corto. Comparto las fundadas razones que advierten de los peligros que esta reforma podrían traer y no solo porque las defiendan personas y organizaciones que respeto y en las que también participo:  José Luís Sampedro, Vicenç Navarro, Iñaki Gabilondo, UGT, CCOO, ATTAC... Me parece fantástico el aspecto "formativo" que la oposición a esta reforma pueda tener en cuanto a esclarecer la verdadera naturaleza del problema al que nos enfrentamos; incluso me gustaría que fuera un éxito en lo que a participación ciudadana se refiere, aunque crea que es mejor que no se consiga el objetivo de las protestas.


Yo estoy convencido que ahora no quedaba otro remedio y que además, a medio y largo plazo, esta reforma solo será tan mala como se augura, si se siguen haciendo políticas neoliberales de control del gasto, reducción de impuestos y privatización de empresas y servicios públicos. Yo no me resigno a que esto sea así y desde "mi trinchera" particular que no es otra que la agrupación del PSOE de mi barrio, a parte de que siga con lo del ITF y los Paraísos Fiscales, haré todo lo que pueda para que el gobierno del "PPSOE" (1) que salga del 20N, no tenga por presidente a Rajoy. A much@s os dará lo mismo uno que otro pero para mi "noeslomismo" y espero que los acontecimientos no lo demuestren pues sería muy malo para nuestro futuro.


Saludos
Rober Gonpane

(1) A lo peor esta bromita del PPSOE sea (como temía un compañero de ATTAC cuyo criterio y conocimientos respeto mucho) una premonición de un futuro "gobierno de concentración nacional" que se produciría tras el 20N para cumplir las condiciones del temido "rescate" que se ha tratado de evitar, seguramente en vano, con esta "penúltima" cesión a los Mercados que ha supuesto la reforma constitucional.