El mundo nos lo presentaron siempre con la proyección Mercator Eurocéntrica, en la que el hemisferio norte tiene un desmesurado tamaño en relación con su superficie real. Solo servía de consuelo ante el descomunal tamaño de Groenlandia, Siberia, Alaska y Canada, el hecho sabido de que eran territorios casi siempre cubiertos de hielo.
Pero la realidad geográfica del mundo es muy diferente y si vemos al proyección de Peters observamos los países con su verdadera proporción en el mapa según su superficie real. Pero esta segunda presentación sigue siendo "Eurocéntrica" por lo que seguimos en el medio del mapa, en una posición preponderante. Este mapa lo tengo puesto en la pared de la cocina desde que lo regaló Médicos Sin Fronteras con uno de sus informes de proyectos; para mi que he viajado miles de veces por todos los rincones del planeta mirando los mapas del mundo, es un recuerdo diario de como me han engañado hasta hace bien poco.
Pero si además tuviéramos en cuenta que para la mayor parte de la población mundial el centro del mundo no es Europa sino más bien el sudeste asiático, lo que tendríamos es la proyección o mapa de Peters centrado en el pacífico, en el cual Europa queda en la verdadera posición que le corresponde.
Durante siglos Europa fue el centro económico, cultural y militar del mundo, pero eso ya no será nunca más así. La crisis de Europa no es simplemente la estabilidad monetaria de la Eurozona, la crisis demográfica (es la única zona del mundo donde la población descenderá de aquí a 2050) o su insuficiencia energética. La principal amenaza para Europa y por consiguiente para el modelo social Europeo, radica precisamente en la falta de unidad de Europa. En un mundo globalizado en el que somos cada vez más prescindibles, si no conseguimos una auténtica integración europea parecida a la que cohesiona a los Estados Unidos de América, este extremo occidental del continente Euro-Asiático en el que vivimos sufrirá su particular deriva continental hacia la irrelevancia económica y política que plasma la proyección de este tercer mapa.
El otoño de 2008 no fue nada comparado con lo que puede ser el de 2012 porque ahora ya no hay colchón para parar el golpe. Necesitaríamos casi un gran Caudillo Europeo (que escalofrío) que nos uniera a todos los pueblos de Europa en el un objetivo común de supervivencia de nuestro modelo económico y social... del auténtico modelo social europeo, no del que ha triunfado en lo últimos 30 años haciendo creer que la gran contradicción del Capitalismo Popular, era no solo posible sino además una garantía de bienestar futuro... se les olvidó contarnos que ese bienestar futuro solo estaría al alcance de los que pudieran pagárselo.
En una próxima entrada hablaré de Lucy, una competente agente de exportación de un fabricante de Taiwan con la que en mi trabajo he tenido oportunidad de hablar de los horarios de trabajo y las vacaciones. Las comparaciones son siempre odiosas pero cuando se hacen entre dos mundos tan diferentes, las diferencias son sangrantes. Se la siente tan cerca hablando en un español perfecto por teléfono o al otro lado del e-mail, que te deja helado su asombro al saber por ejemplo cuantos días de vacaciones y festivos tenemos aquí "todos los anios".
Saludos