martes, 5 de junio de 2012

¿Por qué no se imprimen más billetes... y punto?

En repuesta al correo sobre la deuda americana y las Unfunded Liabities, me hacen la que sería la pregunta del siglo o casi del milenio: si no hay dinero ¿por qué no se imprimen más billetes? Es una pregunta cada vez más frecuente y que creo que podría ser una de las claves de la crisis o incluso la principal causa.

Para los ultra-anarco-liberales que hacen páginas como la de las Unfunded Liabilities o la de TheMoneyMasters que citaba en mis últimos escritos, el que se "imprima" dinero sin respaldo de riqueza real (si es que se puede llamar riqueza real a algo) es precisamente el origen de todos los males.

Durante gran parte de la historia el oro respaldó la emisión de dinero que o se usaba directamente para acuñar monedas o era intercambiable con las monedas o billetes que se ponían en circulación. Pero la última vez que el dinero tuvo algo que ver con el oro fue en 1971 cuando el presidente Nixon acabó con la relación entre el Dollar y el oro que se había fijado en Breton Woods al final de la 2ª guerra mundial y por el cual el Dollar se convirtió en la moneda de respaldo de todo el sistema internacional.

Solo el 10% de la masa monetaria total son en realidad billetes y monedas de curso legal, el resto son simples apuntes contables en los libros de los bancos y en nuestras cuentas de ahorro, por lo que casi todo el dinero que el BCE "imprime" en realidad no gasta ni papel ni metal.

El problema es muy complejo y yo estoy lejos de comprender todos los aspectos diferentes que forman el rompecabezas. Llevo desde septiembre de 2008 leyendo y viendo todo lo que pueda ayudarme a comprender, entre otras cosas, porqué se imprime más o menos dinero y cuánto dinero hay en circulación, si es que realmente alguien sabe cuantificarlo.

Desgraciadamente, aunque sea necesario que en este momento el BCE siga suministrando dinero al sistema para dar liquidez al sistema y para comprar títulos de deuda soberana de los países del sur de Europa, de forma que se disuada a los especuladores de seguir presionando al alza el precio que tenemos que pagar para financiarnos; esto no es una solución definitiva pues si se pasan emitiendo dinero puede ser peor el remedio que la enfermedad como criticaba ya hace casi dos años en una de las entradas que curiosamente más ha sido visitada en mi blog: "QE2", en dos palabras: "Impresión Impresionante" 

Por lo que he visto el quién, cómo, cuando y cuanto dinero se "imprime" es la auténtica piedra filosofal con la cual se puede controlar o dominar la economía. Sobre como ejercer este control o dominación hay por supuesto muchas diferentes escuelas que todas creen tener la razón; pero me temo, y eso es lo que más me asusta, que ninguno sabe realmente como resolver una ecuación con muchos resultados posibles y muy pocos compatibles con los derechos de la humanidad y la conservación del medio ambiente. Además estoy convencido de que la guerra monetaria entre los principales bancos centrales del mundo está en el origen de esta persistente crisis que en realidad es una guerra entre modelos sociales antagónicos.

Como no soy economista quizá mi método no sea científicamente muy ortodoxo, pero los ingenieros somos así de burros y con frecuencia buscamos la solución en función de los resultados que necesitamos obtener para no perder tiempo y dinero (como en el chiste del elefante esférico). Algunos dirán que eso es hacer trampas, que es falsear los resultado pero no es así, sencillamente no me sirven planteamientos teóricos que busquen la perfección del método de estudio y que acepten sumisamente las conclusiones a las que le ha llevado el desarrollo de sus teorías. En otras palabras y desde un punto de vista práctico, si las teorías económicas capitalistas: Keynesiana, neoliberlal (monetarista) o anarco-liberal (austriaca); no ofrecen resultados que puedan satisfacer las necesidades básicas de toda la humanidad y respetando el medio ambiente; por muy bien planteadas que estén y aunque sean técnicamente perfectas, no sirven para nada.

En ingeniería a lo largo de la historia se han desechado millones de diseños fantásticos y técnicamente perfectos simplemente porque no ofrecían todas las prestaciones y características que requerían los que financiaban el proyecto; así que lo sentimos por los que hayan invertido su vida en estudiar economía clásica de la escuela que sea; han perdido el tiempo pues es evidente que hasta hoy los resultados para la humanidad han sido pésimos y por tanto han fracasado. Los que pagamos este proyecto somos las personas que habitamos este planeta y no vamos a permitir que la monstruosa máquina en la que se ha convertido la economía capitalista global acabe con nuestros derechos fundamentales y destroce nuestro hogar.

Con la segunda parte de este escrito que está todavía en el horno ( y en el que comento el vídeo de la niña canadiense que explica lo que habría que hacer con los bancos..) quizá nos acerquemos más la respuesta a la pregunta planteada, viendo como unos y otros ofrecen soluciones que nunca han logrado satisfacer los requisitos anteriormente citados, salvo para una pequeña parte privilegiada de la humanidad.

Un saludo
Rober Gonpane