sábado, 12 de enero de 2013

La Luz y la Vida

"La vida es aquello que te pasa entre el momento que naces y el que mueres" o, como creo que dijo John Lennon (aunque yo lo escuché en una canción de Macaco) "la vida es lo que pasa mientras tú haces otros planes".

Yo que me he preguntado muchas veces, generalmente bajo un cielo estrellado, qué es la vida, el universo, a dónde vamos y de dónde venimos (o sea las típicas preguntas que se hace el ser humano desde que tomó conciencia de su propia existencia) reconozco que me encantan estas definiciones tan simples de algo tan complicado. Y es que estoy cada vez más convencido de que la mayor parte de los problemas de la humanidad provienen de complicar las cosas demasiado, por motivos a menudo interesados, porque valoramos más las explicaciones complicadas que aquellas simples e intuitivas, que quizá no sean tan absurdas como parecen. 

La luz del mundo proviene básicamente de nuestro Sol que emite ingentes cantidades de luz y energía que bañan a diario nuestro planeta y todo el sistema solar, esto es un hecho físico indiscutible. Pero si dejamos a un lado el aspecto físico de la luz y su dualidad onda-corpúsculo que a casi nadie le importa; si nos fijamos en el aspecto más poético de la luz, está claro que la luz y color de la vida dependen de muchas cosas sobre las que sí que podemos influir.

El color y la luminosidad de la vida no son constantes, cada uno la vemos con distinta intensidad y múltiples tonalidades y las diferencias se mantienen siempre de una persona a otra, por mucho que nos esforcemos en mirarla en las mismas condiciones y en el mismo instante. Sin embargo este relativismo no impide que en la vida haya cosas y sobre todo personas, que añaden color y luz a la vida y otras que la vuelven más gris y oscura.

Ayer nos dejó un buen amigo de mis suegros, y nuestro, que por la gracia Sevillana que tenía, por su don de gentes, por el cariño que repartía o por ser nieto de su abuelo (1) y abuelo de su pequeño nieto, allá dónde iba llevaba luz y color cambiando la tonalidad de la vida, aunque fuera por unos instantes, para hacerla más agradable y transparente, menos turbia, más amable, menos oscura, más cálida, menos fría... buen viaje Paco y desde donde estés ilumina como puedas a tu familia que no comprende ni acepta tu repentina partida.

Saludos
Rober Gonpane

(1) Siempre contaba que su abuelo en su lecho de muerte les dijo: "hagáis lo que hagáis en vuestras vidas, procurad que cuando lleguéis a estar donde yo estoy ahora no podáis recordar a nadie que pueda acusaros de algo y señalaros con el dedo". Según me confirmó hoy su hijo efectivamente fueron palabras de su bisabuelo que lo último que dijo fue "muero con 96 años y por accidente"... sin duda genio y figura hasta la sepultura.