sábado, 15 de septiembre de 2012

Inyectar liquidez no es síntoma de "músculo" económico...

Inyectar liquidez no es síntoma de "músculo" económico como se anuncia en las noticias. Más bien al contrario, el anuncio de la Reserva Federal de que "inyectará" 40.000 millones de dólares mensuales (¡un QE3 comprando bonos hipotecarios!) sin límite de tiempo y manteniendo los tipos entre el 0 y el 0,25% hasta 2015; es una muestra de lo mal que está el sistema monetario internacional y de lo cerca que estamos del abismo.

Como ya he dicho aquí repetidas veces, si yo me he metido en esta aventura para comprender el montaje económico global en el que vivimos, fue precisamente por el puñetero concepto de la "inyecciones de liquidez" que nadie me supo explicar de forma convincente. 


En febrero de 2009, fiel a la costumbre de mi padre de recortar noticias relevantes y guardarlas como referencia, me quedé con este anuncio de un "Récord de los préstamos del BCE a la banca española". En unos momentos de restricción total del crédito que provocaron el brutal aumento del número de parados del primer semestre de la crisis, me llamó muchísimo la atención que se hablara con semejante ligereza de las inyecciones de liquidez en radio, televisión y en los periódicos (incluso en la prensa económica de color salmón como creo que era este descolorido recorte ya inmortalizado tras el paso por el escaner). No podía creerme que no se explicara de una forma medianamente rigurosa qué había detrás de estas actuaciones de los Bancos centrales para regular la economía.

Cuando 18 meses después escribí el artículo "QE2", en dos palabras: "Impresión Impresionante" ya creía que sabía algo, después de haber leído muchos tipos de explicaciones más profundas y la mayoría de ellas sesgadas e incluso tendenciosas, por lo que he comentado muchas veces sobre las enseñanzas de los AnarcoLiberales que he de reconocer que fueron los que me abrieron las primeras puertas; aunque sus motivaciones fueran tan contrarias a mis convicciones.

Y otros 18 meses más tarde (en junio de este año) ya casi podía decir que me había enterado de "toda la verdad y nada más que la verdad" sobre el entramado bancario y financiero global y me preguntaba ante tal agobio con la dichosa "prima" ¿Por qué no se imprimen más billetes... y punto?  

Pero en realidad día a día me doy cuenta que la estructura sobre la que vivimos es mucho más compleja de lo que podía imaginar. Felices momentos aquellos en los que me podía creer que esto era un montaje de los "amos del mundo" que perversos y avariciosos como son ellos, habían diseñado todo para fastidiar a los trabajadores y trabajadoras del mundo. Qué fácil sería eso y que bien identificado estaría el enemigo. 

Pero la realidad es muy distinta y mucho más perversa pues la ciudadanía mundial no se encuentra acosada por un 1% de los más poderosos habitantes de la Tierra (que ya sería un problema pero como decía antes, relativamente fácil de identificar y combatir). Creo que la amenaza que se cierne sobre la humanidad es una enfermedad de la sociedad que hemos creado y en la cual vivimos todos y de la cual dependemos para casi todas nuestras funciones vitales.

El problema no es solo en una lucha de clases sociales, que también, sino que se parece mucho a una enfermedad no operable, es decir que no podemos extirpar el problema sin más sino que hay que aplicar un complicado, largo y agresivo tratamiento que nos cure sin matarnos.

Lamentablemente la noticias económicas se siguen metiendo en la prensa sin ningún criterio y la gente agobiada por la crisis las lee, las entiende mal y saca conclusiones contraproducentes como comentaba el mes pasado también a propósito de otra noticia sobre "inyecciones de liquidez".

Me gustaría poder explicar las cosas mejor, porque ya  no me preocupa tanto el saberlas (se podría estar toda una vida estudiándolas y yo tengo otras muchas cosas interesantes y necesarias que hacer) como el saber explicarlas para que las comprendieran bien el 99% de la gente que no está dispuesta a invertir muchas horas en estos temas. Pero me encuentro un poco bloqueado ante la certidumbre de que es imposible explicar todo esto con la suficiente brevedad como para que la audiencia no se disperse. Seguramente la mayoría de la gente cambiaría su opinión respecto de muchas de las cosas que están pasando si se le explicara bien; pero al acercarte a alguien frustrado y confuso por todo lo que está ocurriendo con explicaciones tan complejas y largas de explicar, lo más probable es que se crea que lo que quieres es justificar a aquellos a los que tiene ya identificados como responsables o a la propia estructura del sistema. 

Ya me pasó el año pasado con el tema de al deuda, hubo un rechazo tan generalizado al pacto para fijar el límite de endeudamiento, que me resultaba imposible defender que yo no solo lo limitaría sino que lo prohibiría salvo en casos extremos para no ser súbditos de la deuda; (eso sí, con una adecuada política fiscal que permita no tener que desmantelar el Estado del Bienestar, que puede que sea optimizable en cuanto al gasto que supone, pero su mayor problema es su deficiente financiación vía impuestos).

Saludos
Rober Gonpane