sábado, 29 de abril de 2017

Modas, libertad y familia

“Sólo hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro” (Albert Einstein).

Parece una broma pero desgraciadamente es verdad y lo que es peor, perfectamente creíble. Lo he sabido por este artículo de Público, la marca de lujo Nordstrom vende unos vaqueros que ya vienen “pre-manchados” de fábrica con barro artificial para parecer alguien que sabe lo que es trabajar duro, aunque nunca haya  dado un palo al agua, ya que alguien que trabaja  y sabe lo que cuesta ganar el dinero no se gasta 414€ (puedes comprarlo on-line) en unos pantalones vaqueros ni nuevos, ni intencionalmente rotos o manchados.

Con frecuencia en las conversaciones "en familia" con nuestros hijos, mi mujer y yo somos muy críticos con determinadas modas de vestimenta (prendas rotas, desproporcionadas, caídas, etc. y encima más caras) y decoración del cuerpo y pelo poco convencionales (tatuajes, piercings y cortes de pelo "alternativos") a pesar de que, por fortuna, ni nuestro hijo de 17 años ni nuestra hija de 14 gustan, de momento, de este tipo de costumbres.

Por supuesto sé que quizá no tienen estos gustos porque estamos recortando su libertad con una oposición contundente a este tipo de "expresión de la personalidad" ya que los progenitores a pesar de que parece que no hay posibilidad de ir contra corriente, contamos con eficaces herramientas coercitivas no violentas, para guiar a nuestra prole por los caminos que consideramos más convenientes.

Sé que no es correcto decirles (en la libertad del diálogo familiar distendido) cosas que nunca diría en público como que no me gusta que "hagan el mamarracho" o que si quieren "disfrazarse o hacer experimentos con su pelo lo hagan con su dinero" porque mi obligación de sufragar sus gastos no incluye ni lujos ni creatividad y rebeldía social sin causa (ni objetivo conocido de revolución o evolución individual o colectiva).

Es más en una descarada e insolente demostración de nuestra posición de fuerza como "fuentes netas" de los ingresos familiares, desde muy pequeños les hemos enseñado que ellos como "sumideros netos" de gasto familiar, son plenamente libres de elegir lo que más les gusta en todo... pero con la lógica aplicación de la realidad de la vida; es decir, que si sus gustos van demasiado en contra de los nuestros (según nuestro particular y soberano criterio porque en la familia se defiende la democracia pero no se practica) todo se vuelve mucho más caro y su calidad de vida disminuiría.

Seguramente muchos nos criticarán por autoritarios (y no están faltos de razón porque mis irónicas alusiones a que elijan libremente se parecen a las recomendaciones de la Troika) pero afortunadamente nos va bien porque somos todos felices, nos queremos mucho, nos va razonablemente bien y tenemos la tranquilidad de que nuestros hij@s saldrán al mundo de los adultos con mejor conocimiento de la realidad de la vida, que otros adolescentes que quizá consigan con orgullo que sus MaPis (abreviatura de mi hija para Mami y Papi) les compren por ejemplo unos pantalones manchados de barro porque "molan y los llevan todos en clase".

Salud, Amor y Suerte.
@robergonpane