martes, 15 de mayo de 2012

La maldita herencia

Un compañero de ATTAC me ha quitado de la boca (o de los dedos) un montón de cosas que queria decir respecto de lo de la "herencia" como excusa de todo lo malo que nos ocurre; especialmente en esta semana de despropósitos del Gobierno por su nefasta gestión de lo de Bankia, la infantil pelea con Cascos en Asturias con toda Europa mirándonos... y todo arreglado con echarle las culpas a Zapatero y al Banco de España, una de las pocas instituciones que todavía no habían desacreditado en su infantil rabieta contra "las hordas" Socialistas. Además se acaban de cumplir dos años del sometimiento de Zapatero a los Mercados, por lo que me duele especialmente este continuo recurso a la herencia cada vez que se anuncia un nuevo recorte, por la incomprensión y soledad (dentro y fuera del PSOE) que debió sentir el Ex-Presidente.
Con su permiso os reenvío este correo además de este link al último escrito de Vicenç Navarro que he de reconocer que me ha dejado helado; no porque me vaya a parecer Dalí menos genial como artista, pero sí porque pone de manifiesto uno de los aspectos de la "herencia" de la que habla el compañero: la ignorancia de muchos y escogidos aspectos de nuestra historia reciente (y de la actualidad) que distorsionan la visión de la realidad que tiene la opinión pública.
Mario Draghi, Dalí y el futuro de Europa 
Un saludo
Rober Gonpane
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Últimamente me estoy asfixiando de la cantidad de veces que escucho lo de la herencia recibida a cualquier personaje o personajillo de este partido de gobierno que el infierno nos ha regalado, para descargarlo todo sobre las acciones de "los socialistas" o de "Zapatero".

No voy a hacer la lista, porque la lista incluye la totalidad de los elementos que pueden componerla. O sea, es un conjunto infinito y completo. Y porque además esa ppanda no merece que se les dedique tanto protagonismo.

O sea que quiero hablar de OTRA HERENCIA. 
La herencia que este país arrastra desde hace siglos, y que nos tiene amarrados a un pasado que parece que somos  incapaces de cambiar.

Nos podríamos ir (porque nos podríamos ir) hasta Isabel y Fernando y todavía tendría sentido el viaje, pero como lo que se lee no es lo mismo que lo que se vive, prefiero hablar de lo que he experimentado para tener la certeza de que no me equivoco, y para poder argumentar lo que afirmo.

Una herencia como una losa es la de los cuarenta años de la dictadura fascista. Una dictadura que eliminó lo mejor que tenía este país (la democracia) para enmierdarlo todo de corrupción, incultura, irracionalidad, despotismo, y religión y violencia. "Pequeñas" miserias con las que seguimos viviendo porque están en el ADN cultural de la nación, y en las preferencias de comportamiento de todos los herederos de aquellos "valores" de la Patria Una, Grande, y Libre que adoraba a un dios capaz de elegir a un asesino fascista para dictar leyes y sentencias.

De los herederos directos de semejante aberración, hemos heredado una amnistía que se autoconcedieron en la transición, para autoperdonarse por todo lo que habían y por todo lo que no habían hecho, mientras nos mandaban en solitario y sin dar cuentas a nadie. Una amnistía que nos vendieron como un favor, y que los partidos que salían de la clandestinidad se tragaron para que el país no se atragantara otra vez de sangre.

Y de esas herencias incuestionables nos cuelgan otras de menor cuantía como la idea de la corrupción normalizada instalada en la ciudadanía, la ausencia de valores democráticos en una enorme parte de la sociedad, la miseria intelectual de la clase empresarial española, el desprecio a la ciencia, la cultura y la educación, la inclinación al negocio fácil disfrazado de esfuerzo, la insoportable presencia de la religión invadiendo la vida del país, la superstición como forma de pensar en seres inexistentes de los que se espera la solución a los problemas, la inacción cívica en lugar de la participación activa de todos, la monarquía y el mensaje de diferencia que asumimos al consentirla...y un montón de miserias más que hace que mucha gente no se identifique con "lo español", porque lo español es del monopolio interpretativo de esa caterva de fascistas que todavía deciden cómo y qué es lo que hay que pensar para ser un buen español.

Esa es la más autentica y terrible herencia. Con la que tenemos que vivir porque es una herencia viva, presente y defendida como normalidad y sentido común por los que no se consideran herederos, porque todavía se consideran dueños.

Juan Rodrigo
Sin igualdad, la libertad no es la misma para todes.

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