Interesante historia y una buena reseña filosófica sobre "el contrato social" que asumimos al vivir dentro de un Estado:
“lo que nos dice Hobbes es que si queremos poner fin a la guerra de todos contra todos, al ciclo de violencia y de venganza, debemos someternos a la protección de un Estado potente. En la Sicilia de los años 1980 , puedo certificar que el Estado estaba ausente. La mafia no es más que una perpetuación del feudalismo en los tiempos modernos”.
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-09-04/este-hombre-ha-asesinado-a-300-personas-y-cuenta-un-par-de-verdades-sobre-la-sociedad_999912/
Lamentablemente el Estado (nacional, plurinacional, multinacional, federado, confederado, o como sea) generalmente se asocia con sentimientos negativos: corrupción, burocracia, opresión, coste insostenible, etc. Incluso pensamos que nos quita libertades cuando, bien analizado, es el que nos permite convivir razonablemente en paz, además de darnos un amplio catálogo de servicios que en absoluto con consustanciales con el natural carácter social de la especie humana.
El Estado (que si pudiera ser planetario mejor) es necesario y su negación o su reducción al mínimo no hace sino poner nuestros destinos a merced de "la mano invisible del Mercado" que siempre respeta la "Ley del más fuerte. No esta mal recordar esto en estos tiempos convulsos en los que las instituciones de "los Estados" son a diario denostadas, aunque en muchos, demasiados casos, las críticas estén más que justificadas.
@robergonpane
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