

Reflexiones personales sobre la sociedad, la economía, la historia, Europa, la Globalización, la Política, el dinero, la financiarización de la vida, las personas, el planeta Tierra, el Universo...
Todo el mundo es consciente de que "van a por España", como decía un artículo publicado hace unos días en el diario El País. Dicho de otra manera, eso quiere decir que "los mercados" atacan a la economía española, que se difunden rumores sobre su debilidad, que salen capitales y, sobre todo, que las agencias de calificación pueden estimar que la capacidad de España para hacer frente a sus compromisos de deuda disminuye, lo que dificultaría la colocación de la deuda española, haciéndola más costosa y quizá impidiendo que pudiera seguir haciendo frente a sus compromisos de pago. Hasta aquí es más o menos lo que cuentan los periódicos y lo que dicen la mayoría de los economistas, pero conviene saber algunas cosas más.
¿Quienes son los mercados que atacan a la economía española? Lógicamente, los mercados no son criaturas reales que tengan cuerpo y alma, sentimientos, voz y voluntad. De ninguna manera. Los "mercados" son en realidad los propietarios de los grandes capitales que operan en ellos: los grandes banqueros y los directivos de los bancos, los grandes inversores, los titulares de los gigantescos fondos de inversión, de pensiones, las grandes multinacionales... Son, por tanto, personas normales concretas, ciudadanos como los demás pero que tienen muchísimo dinero y, por tanto, muchísimo poder. Privilegiados que dominan a los gobiernos y que se superponen a cualquiera de las decisiones que los órganos o instituciones representativos puedan adoptar, y también los que tienen influencia sobre los organismos internacionales. No creo que sea necesario que dé nombres, cualquier persona bien informada sabe con quiénes se han reunido los presidentes de los gobiernos, quiénes van a Davos, los que forman parte de la Trilateral o del Club Bilderberg, los empresarios multimillonarios... A esos me refiero. Son los que controlan no solo sus propios e inmensos recursos financieros sino también el ahorro, en nuestro caso, de los españoles, con el cual atacan a la economía española. Usan nuestro dinero para empobrecernos. Esos son "los mercados" a quienes los medios de comunicación nunca ponen nombre ni cara.
¿Por qué les preocupa ahora la situación de la economía española? Todos ellos han ganado miles de millones en los últimos años cuando lograron implantar en España, o en otros países, un modelo productivo especulativo gracias a las leyes que fueron aplicando los sucesivos gobiernos. Y, a escala global, difundiendo por todo el planeta e invirtiendo y especulando con activos financieros arriesgadísimos y gracias a la complicidad de las autoridades económicas. Hasta que todo saltó por los aires porque ese modo de ganar dinero es materialmente insostenible. Todos conocemos la historia, sus engaños y fraudes, su extraordinaria irresponsabilidad, su avaricia ilimitada... y lo que después ha sucedido, el colapso financiero y la práctica paralización de la economía mundial porque ésta no puede funcionar sin financiación. Cuando todo estalló, los bancos que habían provocado el desastre y que antes pedían a los gobiernos que se abstuvieran de intervenir en sus negocios, enseguida les pidieron protección y que pusieran sobre la mesa cientos de miles de millones para salvar sus cuentas. Fue tanto el desastre que habían provocado que se hizo necesaria una intervención gigantesca de los gobiernos, que tuvieron que endeudarse hasta las cejas para evitar el colapso global de las economías y la quiebra generalizada del sistema financiero y bancario. Y así, y con avales o préstamos al 1% o incluso a menor interés los bancos centrales han puesto a disposición de la banca mundial cientos de miles de millones de euros para que saliera a flote y reactivara el flujo de crédito a la economía (por cierto, cometiéndose de ese modo, cuando al mismo tiempo negaban unos pocos miles para luchar contra el hambre, uno de los crímenes más horrorosos de la historia humana). Pero en lugar de eso, en lugar de dedicar ese dinero a financiar de nuevo la actividad económica, los bancos se han dedicado a sanear sus balances, bien colocando el mismo dinero que los bancos centrales les daban en depósitos mejor retribuidos allí mismo, o suscribiendo al 3, 4 o 5% la deuda que tenían que emitir los gobiernos para hacer frente a la situación que ellos habían creado, o invirtiendo en nuevas burbujas en los mercados del oro, de las materias primas o del petróleo. Así se ha creado un nuevo y extraordinario negocio para la banca y los especuladores financieros: comprar la deuda que los gobiernos han tenido que emitir para tratar de hacer frente al desaguisado que la propia banca y los especuladores financieros han provocado. Por eso, lo que ahora les preocupa es, sobre todo, que los estados estén en condiciones de hacer frente a esa deuda. Y por eso les quieren imponer condiciones draconianas para que sus recursos se dirijan prioritaria e inexcusablemente a pagarla. Lo mismo que hicieron con los países del tercer mundo en los años ochenta.
¿En qué consiste el ataque a las economías que están haciendo los especuladores? Los especuladores están actuando de varias formas pero, sobre todo, tratando de mostrar que la economía española es sumamente débil, de modo que aparezca como imprescindible la adopción de medidas orientadas, como acabo de señalar, a garantizar en todo caso el pago de la deuda. Saben que, en realidad, España se encuentra en una situación de dificultad en principio pasajera (aunque eso no quiera decir que no haya otros problemas de fondo muy graves, como he analizado, por ejemplo, en Crisis inmobiliaria, crisis crediticia y recesión económica en España) porque ha tenido que dedicarse a echar agua sobre el fuego que provocaron sus propias irresponsabilidades, pero les da igual. Lo que buscan ahora es apuntalar al máximo su nuevo negocio. Lo que están haciendo es un "pressing" en toda regla y en todos los ámbitos en los que pueden actuar buscando, principalmente, compromisos de recortes en el gasto público, mayor privatización de las pensiones y, en general, más facilidades al sector privado (en donde ellos mismos ganan dinero) para eliminar al máximo las cargas públicas que pudieran distraer recursos del pago de la deuda. Lo que hacen estos grandes, gigantescos inversores es en realidad "sembrar la duda", no solo para prevenirse sobre cualquier riesgo de impago sino, además, para lograr que aumenten las primas de riesgo y los tipos a los que el gobierno ha de emitir la deuda y así ganar más dinero todavía. Juegan a crear ellos mismos, gracias a su inmenso poder directo e indirecto a través de académicos, periodistas y medios de comunicación, las condiciones que les resulten siempre más favorables. Todo eso tiene un nombre: extorsión, o chantaje, como ustedes quieran. Y tiene también un resultado seguro: la sumisión de los gobiernos. Unas veces porque así lo aceptan sin más, cuando actúan como sus sicarios. Otras, como le ha ocurrido docenas de veces a gobiernos progresistas o simplemente honestos, sencillamente porque no disponen de poder suficiente para decirle Basta Ya a los banqueros y grandes inversores.
Poder ciudadano Por eso no es suficiente con criticar a estos últimos gobiernos. Es ingenuo pensar que por el mero hecho de haber ganado unas elecciones se tiene capacidad para hacer frente a quienes detentan el poder monetario. Hay que disponer, además del gobierno, de otro poder, del poder de los ciudadanos y de las ciudadanas. Gobernar sin este último no sirve para nada. O mejor dicho, sirve, como hemos visto tantas veces y estamos viendo ahora en España o en Grecia, para caer derrotado ante los poderosos, para ceder y aceptar todas sus condiciones. Cuando el poder de los ciudadanos y ciudadanas no existe o es insuficiente, como está pasando ahora en Grecia o en España, como ha pasado en tantos otros lugares, el dinero triunfa y siempre obtiene los resultados que he comentado, la reducción de salarios y del gasto público y el desmantelamiento de los servicios colectivos, o lo que es igual, el deterioro de las condiciones de vida de las personas que no tienen fortunas. Por eso es tan necesario generar ese otro poder, el de los hombres y mujeres que amamos la vida y no el dinero, que buscamos la justicia y no la ganancia, que queremos la paz y no la avaricia. Y ser conscientes de que aunque ellos hacen todo lo posible para evitar que nazca, y fusilan, secuestran, mienten, torturan y matan para evitar que se consolide, también es verdad que nosotros perdemos también mucho tiempo y energías en balde. No deberíamos dejarnos derrotar tan fácilmente.
Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla, colaborador habitual de Rebelión, editor de www.altereconomia.org y miembro del Consejo científico de ATTAC-España. Su web personal: www.juantorreslopez.com
Traducido para Rebelión por Juan Vivanco |
«Gangrenada por la corrupción, el fraude fiscal, las falsificaciones y su uso en todos los niveles… Sobreendeudada y empantanada en sus déficits, (Grecia) ya no es capaz de sostenerse ni de obtener capitales en los mercados para financiarse, como no sea pagando un precio exorbitante que no puede permitirse…».El panorama que se pinta es falso, porque Grecia acababa de recibir un crédito y no había tenido ninguna dificultad en suscribir una emisión ventajosa. Pero ahora todos cargan las tintas sobre la catástrofe de la gestión griega, y los medios en primera fila. Grecia tiene mala reputación, incluso se ha llegado a acusar a su gobierno de haber falseado los balances para pedir crédito… La especulación, para colmo, presume de virtuosa. Una vez más, nuestros medios acuden raudos en su ayuda, señalando a Grecia con el dedo acusador… ¿Harán lo mismo con España, Portugal e Irlanda, los próximos candidatos al escarnio?
... Tener en cuenta todos los escenarios y toda la información depende de los buenos lideres. Evidentemente los comunicadores tienen que buscar argumentarios para venderle los sapos a la población.No deja de darme la sensación de un golpe de estado perpetrado por la consabida coalición FMI-OCDE. Le deben haber puesto las pilas de una forma a los gobiernos discolos de la cee que en el caso del nuestro se deben haber asustado aunque por los ataques de las "manos fuertes" que controlan el mercado, no han debido tomar las medidas que esperaban. Vuelven a tener audiencia las agencias de calificación que dieron prestigio a las subprime, ahora para calificar a la deuda de los países.Creo que en el tema de la reforma del sistema de pensiones y el laboral es el sapo que tienen que comerse siempre los gobiernos de izquierdas para que las clases trabajadoras no "tomen el palacio de invierno".Creo que es una falacia utilizar la esperanza de vida al nacer para argumentar la reforma, creo que hay otro argumentario (por ejemplo el que tu usas) y otros indicadores demograficos menos falaces para explicar la medida (tiempo de cotización-tiempo de percepcion de la jubilacion, pensiones contributivas contra pensiones no contributivas, esperanza de vida a los 65-67años, etc.No deja de darme la sensación de que es un parche transitorio, las epocas de vacas gordas no han aumentado los derechos consolidados, solo los temporales(cheques bebé, etc) y volveremos a tener que aceptar lo que quieran ponernos a firmar, tienen mucha fuerza, muchos medios, tiempo y muchos elementos infiltrados en los partidos con opciones de gobierno para hacernos pasar periodicamente por estos tragos (vease al sr Almunia).Esta semana me viene un deseo descabellado contra todo pragmatismo, una especie de carga de la caballería ligera, de radicalización a la desesperada y con la vista puesta en la derrota total. Parece que hasta el concepto primigenio de la socialdemocracia de modular y contener los excesos del capitalismo solo ha funcionado,en los paises ricos, mientras éste tenia enfrente al ogro comunista. Ahora. hasta esa vision moderada, les parece fuera de lugar los gurús del liberalismo.
... Tras el retraso de la edad de jubilación, seguirán existiendo las excepciones como ocurre ahora: por tipos de trabajos, por colectivos con privilegios adquiridos, por años de servicio acumulados etc. Siempre hay matices y excepciones pero eso no modifica el fondo de la cuestión. En los últimos años se ha ido aumentado el progresivamente la edad mínima de prejubilación sin que nadie se enterara; esto es bueno para la mayoría pero que también perjudica a muchos que sueñan con prejubilarse a los 55. Los años hasta que se alcanza edad mínima de jubilación los paga la empresa... pero a través del paro e incentivos fiscales también le sale caro al Estado.Estas cosas hay que planificarlas a largo plazo, y aunque ahora haya superavit hay que pensar que en el 2025 podría no ser así. Hace 20 años pronosticaban que el sistema de pensiones quebraría en el lejano 2005. Pero gracias al desarrollo y a los emigrantes en aquel año la caja de la Seguridad Social estaba más llena que nunca, mientras que lo fondos de pensiones que iban a ser la salvación tenían rentabilidades negativas al descontar la inflacción. Para qué hablar de lo que pasó el año pasado con los fondos de pensiones privados de tantos millones de personas... como para prescindir de nuestro sistema público de pensiones.Pero para que dure hay que hacer que funcione mejor y se adapte a los cambios que ha sufrido el mundo; y por supuesto no se puede rechazar de plano ninguna opción aunque pueda suponer que de media se tenga que trabajar hasta los 67 o hasta los 70. Cobrando más o menos que ahora dependerá de la salud de la economía como todo, pero no es descartable que cada vez se tengan en cuenta más el número de años cotizados y cuantos de estos se contabilizan para el cálculo de la pensión. Siempre pensamos que aumentar los años reduce la cuantía de las pensiones... y pensamos en las mínimas no en las de miles de euros... y quizá sea cuestión de aumentar el número de años para reducir las pensiones más altas y fijar tramos y mínimos para que no solo bajen o incluso suban muchas de las pensiones más bajas.La reforma por supuesto se consensuará en el pacto de Toledo pero que hay que hacer una reforma es una verdad demográfica y geoestratégica incuestionable. Ahora que argumentos en contra más o menos razonables habrá a mansalva, desde la derecha, la izquierda y desde el mismísimo cielo.